miércoles, 9 de diciembre de 2015

Ud 4.- Comentario de Texto de la "Fundación de la I AIT".


UD 4: “Los cambios sociales. Origen y desarrollo del movimiento obrero”.

Comentario de Texto. Documento 25. Pg 98.

Doc 25.- “Los principios rectores de la Primera Internacional”.

Considerando: que la emancipación de la clase obrera debe ser obra de la propia clase obrera; que la lucha por la emancipación de la clase obrera no es una por privilegios y monopolios de clase, sino por el establecimiento de derechos y deberes iguales y por la abolición de todo el dominio de clase; que el sometimiento económico del trabajador a los monopolizadores de los medios de trabajo, es decir, de las fuentes de vida, es la base de la servidumbre en todas sus formas, de toda miseria social, degradación intelectual y dependencia política; (…) que la emancipación del trabajo no es un problema nacional o local sino un problema que comprende a todos los países e nos que existe la sociedad moderna (…) Por todas estas razones ha sido fundada la AIT.

Y DECLARA:
Que todas las sociedades y todos los individuos que se adhieran a ella reconocerán la verdad, la justicia y la moral como bases de sus relaciones recíprocas y de su conducta hacia los hombres, sin distinción de color, de creencias o de nacionalidad.

No más deberes sin derechos, no derechos sin deberes.

Karl Marx, Estatutos de la Primera Internacional. (AIT), St Martin΅s Hall, (Londres 1864).

I.- Naturaleza del texto.

Introducción: Constituye el presente texto un extracto del Acta Fundacional de la I AIT. En este extracto sólo aparecen algunos “considerandos” preliminares del Preámbulo.

Por su forma: Sería un texto informativo puesto que es un “manifiesto” , en el cual expresa las ideas el autor sobre la situación de la clase obrera. No obstante, el texto pertenece a un documento legal – administrativo, por el hecho de formar parte del acta fundacional de la I AIT.

Por su contenido: Trata en primer lugar de asuntos sociales puesto que habla de la situación de la clase obrera; pero también incide en aspectos políticos (derechos, deberes, privilegios, dependencia) y económicos (“sometimiento económico”, uso de los medios de producción); sin olvidar aspectos filosóficos como “justicia, moral, verdad).-

Por su origen: Es una fuente primaria ya que se emplean los mismos términos que se usaron en el acta fundacional. Son las mismas palabras, pero en esta ocasión muy fragmentada respecto al original.

II.- Autor, Destinatario y Momento Histórico.

Autor: Aunque la autoría, en teoría, es colectiva al corresponder su elaboración al Consejo General de la I AIT, en ella jugó un papel fundamental C. Marx, el creador del “socialismo científico” e inspirador de este movimiento internacional. Las dos obras más decisivas de las que es coautor, junto a Engels, fueron el “Manifiesto Comunista” (1848) y “El Capital” (1864): en la primera de ellas se encuentra el programa básico del socialismo, posteriormente desarrollado por “El Capital”. El mérito de Marx radicó en poner al servicio del proletariado múltiples ideas para convertirlo en una clase revolucionaria capaz de cambiar el discurrir de la historia.

Destinatario: En primera instancia serían los asistentes a la fundación de la I AIT, aquel 28/IX de 1864. En segunda instancia iría dirigida a los afiliados a la I AIT a través de sus organizaciones nacionales. Y en última instancia a todos los obreros del mundo, que potencialmente podían llegar a pertenecer a la I Internacional Obrera.

Momento Histórico: En 1864, cuando se celebra la fundación de la AIT los obreros vivían sumidos en unas precarias condiciones de vida y de trabajo. Aún los gobiernos, dirigidos por la burguesía, no había concedido apenas derechos políticos como el sufragio universal, ni laborales, ni siquiera libertad de asociación. Todavía a los obreros les faltaban décadas para que se les reconociera como auténticos ciudadanos de primera, y ello es así porque el sistema político era liberal censitario en lugar de una auténtica democracia. Esta fundación de la AIT, en su momento, supuso un toque de atención para la burguesía en el sentido de que la clase obrera proclama que aspira a tomar el poder.

III.- Análisis Interno.

Ideas principales: El texto está dividido en dos partes claramente delimitadas, que podemos identificar como las dos ideas principales.

1.- El “Considerando”, en donde se dan las razones por las que se va a fundar la AIT. Dentro de este “considerando” podemos destacar la idea de que la emancipación de la clase trabajadora debe llevarse a cabo por la propia clase trabajadora.

2.- El “Declara” expresa los principios éticos que inspirarán sus actuaciones (“verdad, justicia, moral”), así como su deseo de universalidad (“pueden adherirse todas los hombres sin distinción de color, creencias, nacionalidad....”

Ideas Secundarias: Entre las ideas secundarias se puede evocar la referida a cómo está siendo esa lucha por la emancipación; también encontramos las causas del “sometimiento de los trabajadores como base de la servidumbre en todas sus formas”. Y por último otra razón, ya apuntada, que viene a decir que la condición del obrero y su necesidad de emancipación no es un problema sólo local o nacional sino que se da en todas las sociedad modernas (industrializadas).

Resumen: Podemos resumir el texto diciendo que la AIT pretendía la organización de un movimiento obrero de carácter universal, que mediante una estrategia unitaria, sin fisuras ideológicas, y fuertemente centralizada, consiguiera a través de la acción política y sindical la emancipación de la clase trabajadora.

IV.- Análisis Externo o Explicación.

La idea de formar una organización obrera internacional había sido recurrente a lo largo del XIX. Este deseo se materializaría, por fin, con la formación de la I AIT.

Orígenes,Formación y objetivos: La AIT se fundó en 1864 en Londres, sus orígenes están en una reunión entre representantes obreros de varios países en la Expo de Londres de 1862 y en la invitación a sindicalistas europeos en la primavera de 1864. En su comité provisional la mayoría eran miembros ingleses, pero también había franceses y alemanes. La representación se hallaba en relación al número de asociados y éste al grado de industrialización de cada país.

El manifiesto inaugural alentaba a la conquista del poder político por parte del proletariado. Los estatutos establecían la creación de secciones locales y federaciones nacionales en los países de Europa Occidental.

Problemas internos y división ideológica: En la organización convivían en principio diversas tendencias, que manifestarán sus discrepancias. Frente al sector más autoritario, dirigido por Marx y Engels, que pretendía reforzar el consejo general, surgió pronto un movimiento que defendía la autonomía de las organizaciones locales y nacionales y que vieron con más simpatía el antiautoritarismo de Bakunin.

El enfrentamiento entre Marx y Bakunin, entre marxistas y anarquistas, no tardaría en llegar: primero por el derecho de herencia, luego sería por la intervención de los trabajadores en la “política burguesa” a través de un partido obrero, y finalmente, por la diferente interpretación de los resultados de la Comuna de París en 1871.

En 1872 Bakunin será expulsado de la AIT y sus partidarios la abandonan y forman una nueva internacional antiautoritaria basada en el anarquismo de Bakunin.

El final de la I AIT: Esta ruptura y la creciente fuerza de las organizaciones obreras nacionales debilitaron la posición de Marx, que apoyaba la unión internacional. De este modo, el movimiento obrero fue abandonando la vía del internacionalismo y dio paso al nacimiento de partidos obreros nacionales (los partidos socialistas obreros ).

V.- Síntesis. (Influencia del texto en la sociedad de su tiempo o en su evolución).

Influencia: Su fuerza resultaba más teórica que real y sólo en la Europa occidental industrializada. El terror que suscitó en la burguesía de la época fue absolutamente exagerado. Le imputó la burguesía promover todas las insurrecciones y disturbios que hubo en Europa por aquellas fechas, cuando en realidad tuvo menos fuerza de la que le atribuían.

Su fuerza radicó más en lo que su nombre evocaba de revolucionario que en sus medios y posibilidades. Además, las fuertes discrepancias en su seno, le restaron operatividad: su lema era “Proletarios de todos los países uníos”, y no eran capaces de tener unidad en la misma AIT.

Sin embargo, en modo alguno es negativo su balance. La AIT supuso un extraordinario impulso para el movimiento sindical al plantear no sólo reivindicaciones laborales: desenmascaró al capitalismo y a la burguesía, como los generadores del nuevo esclavismo. Al difundir estas ideas profundizó la conciencia de la clase obrera, predisponiéndola, por tanto, a esa lucha usando como armas la huelga y la amenaza de revolución.

Se inició así un proceso de largo recorrido, impensable antes de 1864, que dio lugar a la aparición y consolidación de partidos obreros, siguiendo la tesis de Marx, y activos sindicatos, que a través de sus lucha y esfuerzos obtuvieron victorias tan importantes como el sufragio universal (primero el masculino y luego el femenino). De la presencia de estos partidos en los parlamentos se derivó una legislación que atemperó algunas desigualdades e injusticias sociales del capitalismo, haciendo que los trabajadores asumieran en la historia el protagonismo que le correspondía.

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