UD
4: “Los cambios sociales. Origen y desarrollo del movimiento
obrero”.
Comentario
de Texto. Documento 25. Pg 98.
Doc
25.- “Los principios rectores de la Primera Internacional”.
Considerando:
que la emancipación de la clase obrera debe ser obra de la propia
clase obrera; que la lucha por la emancipación de la clase obrera no
es una por privilegios y monopolios de clase, sino por el
establecimiento de derechos y deberes iguales y por la abolición de
todo el dominio de clase; que el sometimiento económico del
trabajador a los monopolizadores de los medios de trabajo, es decir,
de las fuentes de vida, es la base de la servidumbre en todas sus
formas, de toda miseria social, degradación intelectual y
dependencia política; (…) que la emancipación del trabajo no es
un problema nacional o local sino un problema que comprende a todos
los países e nos que existe la sociedad moderna (…) Por todas
estas razones ha sido fundada la AIT.
Y
DECLARA:
Que
todas las sociedades y todos los individuos que se adhieran a ella
reconocerán la verdad, la justicia y la moral como bases de sus
relaciones recíprocas y de su conducta hacia los hombres, sin
distinción de color, de creencias o de nacionalidad.
No
más deberes sin derechos, no derechos sin deberes.
Karl
Marx, Estatutos de la Primera Internacional. (AIT), St Martin΅s
Hall, (Londres 1864).
I.-
Naturaleza del texto.
Introducción:
Constituye el presente texto un extracto del Acta Fundacional de la
I AIT. En este extracto sólo aparecen algunos “considerandos”
preliminares del Preámbulo.
Por
su forma: Sería un texto informativo puesto que es
un “manifiesto” , en el cual expresa las ideas el autor sobre la
situación de la clase obrera. No obstante, el texto pertenece a un
documento legal – administrativo, por el hecho de formar parte del
acta fundacional de la I AIT.
Por
su contenido: Trata en primer lugar de asuntos sociales
puesto que habla de la situación de la clase obrera; pero también
incide en aspectos políticos (derechos, deberes, privilegios,
dependencia) y económicos (“sometimiento económico”, uso de los
medios de producción); sin olvidar aspectos filosóficos como
“justicia, moral, verdad).-
Por
su origen: Es una fuente primaria ya que se emplean los
mismos términos que se usaron en el acta fundacional. Son las mismas
palabras, pero en esta ocasión muy fragmentada respecto al original.
II.-
Autor, Destinatario y Momento Histórico.
Autor:
Aunque la autoría, en teoría, es colectiva al corresponder su
elaboración al Consejo General de la I AIT, en ella jugó un papel
fundamental C. Marx, el creador del “socialismo científico” e
inspirador de este movimiento internacional. Las dos obras más
decisivas de las que es coautor, junto a Engels, fueron el
“Manifiesto Comunista” (1848) y “El Capital” (1864): en la
primera de ellas se encuentra el programa básico del socialismo,
posteriormente desarrollado por “El Capital”. El mérito de Marx
radicó en poner al servicio del proletariado múltiples ideas para
convertirlo en una clase revolucionaria capaz de cambiar el discurrir
de la historia.
Destinatario:
En primera instancia serían los asistentes a la fundación de
la I AIT, aquel 28/IX de 1864. En segunda instancia iría dirigida a
los afiliados a la I AIT a través de sus organizaciones nacionales.
Y en última instancia a todos los obreros del mundo, que
potencialmente podían llegar a pertenecer a la I Internacional
Obrera.
Momento
Histórico: En 1864, cuando
se celebra la fundación de la AIT los obreros vivían sumidos en
unas precarias condiciones de vida y de trabajo. Aún los gobiernos,
dirigidos por la burguesía, no había concedido apenas derechos
políticos como el sufragio universal, ni laborales, ni siquiera
libertad de asociación. Todavía a los obreros les faltaban décadas
para que se les reconociera como auténticos ciudadanos de primera, y
ello es así porque el sistema político era liberal censitario en
lugar de una auténtica democracia. Esta fundación de la AIT, en su
momento, supuso un toque de atención para la burguesía en el
sentido de que la clase obrera proclama que aspira a tomar el poder.
III.-
Análisis Interno.
Ideas
principales: El texto está dividido en dos partes
claramente delimitadas, que podemos identificar como las dos ideas
principales.
1.-
El “Considerando”, en donde se dan las razones por las que se va
a fundar la AIT. Dentro de este “considerando” podemos destacar
la idea de que la emancipación de la clase trabajadora debe llevarse
a cabo por la propia clase trabajadora.
2.-
El “Declara” expresa los principios éticos que inspirarán sus
actuaciones (“verdad, justicia, moral”), así como su deseo de
universalidad (“pueden adherirse todas los hombres sin distinción
de color, creencias, nacionalidad....”
Ideas
Secundarias: Entre las ideas
secundarias se puede evocar la referida a cómo está siendo esa
lucha por la emancipación; también encontramos las causas del
“sometimiento de los trabajadores como base de la servidumbre en
todas sus formas”. Y por último otra razón, ya apuntada, que
viene a decir que la condición del obrero y su necesidad de
emancipación no es un problema sólo local o nacional sino que se da
en todas las sociedad modernas (industrializadas).
Resumen:
Podemos resumir el texto diciendo que la AIT pretendía la
organización de un movimiento obrero de carácter universal, que
mediante una estrategia unitaria, sin fisuras ideológicas, y
fuertemente centralizada, consiguiera a través de la acción
política y sindical la emancipación de la clase trabajadora.
IV.-
Análisis Externo o Explicación.
La
idea de formar una organización obrera internacional había sido
recurrente a lo largo del XIX. Este deseo se materializaría, por
fin, con la formación de la I AIT.
Orígenes,Formación
y objetivos: La AIT se fundó en 1864 en Londres, sus orígenes
están en una reunión entre representantes obreros de varios países
en la Expo de Londres de 1862 y en la invitación a sindicalistas
europeos en la primavera de 1864. En su comité provisional la
mayoría eran miembros ingleses, pero también había franceses y
alemanes. La representación se hallaba en relación al número de
asociados y éste al grado de industrialización de cada país.
El
manifiesto inaugural alentaba a la conquista del poder político por
parte del proletariado. Los estatutos establecían la creación de
secciones locales y federaciones nacionales en los países de Europa
Occidental.
Problemas
internos y división ideológica: En la organización convivían en
principio diversas tendencias, que manifestarán sus discrepancias.
Frente al sector más autoritario, dirigido por Marx y Engels, que
pretendía reforzar el consejo general, surgió pronto un movimiento
que defendía la autonomía de las organizaciones locales y
nacionales y que vieron con más simpatía el antiautoritarismo de
Bakunin.
El
enfrentamiento entre Marx y Bakunin, entre marxistas y anarquistas,
no tardaría en llegar: primero por el derecho de herencia, luego
sería por la intervención de los trabajadores en la “política
burguesa” a través de un partido obrero, y finalmente, por la
diferente interpretación de los resultados de la Comuna de París en
1871.
En
1872 Bakunin será expulsado de la AIT y sus partidarios la abandonan
y forman una nueva internacional antiautoritaria basada en el
anarquismo de Bakunin.
El
final de la I AIT: Esta ruptura y la creciente fuerza de las
organizaciones obreras nacionales debilitaron la posición de Marx,
que apoyaba la unión internacional. De este modo, el movimiento
obrero fue abandonando la vía del internacionalismo y dio paso al
nacimiento de partidos obreros nacionales (los partidos socialistas
obreros ).
V.-
Síntesis. (Influencia del texto en la sociedad de su tiempo o en su
evolución).
Influencia:
Su fuerza resultaba más teórica que real y sólo en la Europa
occidental industrializada. El terror que suscitó en la burguesía
de la época fue absolutamente exagerado. Le imputó la burguesía
promover todas las insurrecciones y disturbios que hubo en Europa por
aquellas fechas, cuando en realidad tuvo menos fuerza de la que le
atribuían.
Su
fuerza radicó más en lo que su nombre evocaba de revolucionario
que en sus medios y posibilidades. Además, las fuertes discrepancias
en su seno, le restaron operatividad: su lema era “Proletarios de
todos los países uníos”, y no eran capaces de tener unidad en la
misma AIT.
Sin
embargo, en modo alguno es negativo su balance. La AIT supuso un
extraordinario impulso para el movimiento sindical al plantear no
sólo reivindicaciones laborales: desenmascaró al capitalismo y a la
burguesía, como los generadores del nuevo esclavismo. Al difundir
estas ideas profundizó la conciencia de la clase obrera,
predisponiéndola, por tanto, a esa lucha usando como armas la huelga
y la amenaza de revolución.
Se
inició así un proceso de largo recorrido, impensable antes de 1864,
que dio lugar a la aparición y consolidación de partidos obreros,
siguiendo la tesis de Marx, y activos sindicatos, que a través de
sus lucha y esfuerzos obtuvieron victorias tan importantes como el
sufragio universal (primero el masculino y luego el femenino). De la
presencia de estos partidos en los parlamentos se derivó una
legislación que atemperó algunas desigualdades e injusticias
sociales del capitalismo, haciendo que los trabajadores asumieran en
la historia el protagonismo que le correspondía.
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